La visita del líder a Bologna no podía ser más feliz para el Inter, llegaba sabiendo que tenía todas las de ponerse de cara al scudetto en poco tiempo. El Bologna quizá tenía la motivación extra de enfrentarse al dueño de la cima, pero sin presiones del descenso para Sinisa Mihajlovic.
Volvía la Serie A tras el parón internacional y el Diávolo, para suerte de los amantes del fútbol, era quien abría la jornada 29 ante la rocosa Sampdoria de Ranieri. La duda del partido estaba en los números, muy dudosos para el rossonero desde la localía, con cuatro derrotas y cuatro empates, culpables de la distancia que separa al Milán del scudetto. Por el otro lado, bastantes dudas también con la Samp, que, aunque obtuvo victorias importantes de visitante ante Fiore, Atalanta y Spezia, su récord fuera de casa no llamaba al optimismo.