La Champions es un torneo que muchas veces se gana desde la emocional. Aplastar cuando se está en la cresta de la ola, aprovechar el viento a favor para sepultar al rival y resistir en los momentos de agobio. En la Copa de Europa entre los equipos que llegan a las rondas finales la calidad es similar por lo que lo técnico y lo táctico juegan un papel, pero muchas veces la balanza se inclina hacia el que encuentra más tranquilidad mental.