Una vida por y para el caballo en el campo

Una vida por y para el caballo en el campo

Caballos de gran funcionalidad y con más fuerza y resistencia
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Son las ocho de la mañana cuando amanece en la Valdivia y empiezan a salir los primeros rayos del sol, con ello se comienza a oír el canto de los pájaros, el relincho de los caballos y de fondo un fuego de mugidos que hacen retumbar la dehesa. Así, se inicia una jornada más en la Valdivia, y con ellas diversas tareas por hacer a lo largo del día. La finca situada en un enclave maravilloso, se encuentra en el término municipal de Osuna. Considerada de carácter mixto por tener gran parte de labor de monte y dehesa y otra de olivar, siendo el escenario perfecto para el ganado que vive allí en cada una de las estaciones del año. 


La yeguada perteneciente a todos los hermanos de la Puerta, es un proyecto que ya goza de aproximadamente de 70 años de antigüedad, y que surge cuando Antonio la Puerta, padre del ganadero Julio de la Puerta, compra 16 yeguas a José Luis de la escalera, dueño de la yeguada “La Escalera”, momento en el que según ha declarado el ganadero Julio de la Puerta hijo “tanto mi abuelo como mi padre cubrían a las yeguas con caballos españoles, sin embargo cuando fuimos creciendo y empezamos a participar en las distintas disciplinas hípicas, comenzamos a echarle a aquellas yeguas, caballos purasangre, árabe y anglo-árabe”. De este modo, el objetivo era tener caballos con más funcionalidad y con más fuerza y resistencia. Asimismo, en el año 2000 se decide dar un paso más, cuando según ha manifestado de la Puerta “ nos decidimos a echarle caballos hispano- árabes, inscribiendo un gran número de yeguas en el registro auxiliar. Y de ahí vienen los caballos que hoy tenemos con carta de origen hispano-árabe”.   


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En la actualidad se mantienen cincuenta yeguas de vientre, de las cuales 35 yeguas están inscritas en hispano- árabe y otras españolas, no obstante hay hispano-árabes y tres sangre que no están incorporadas. Asimismo, según ha expresado el ganadero “hay por supuesto muchos más hembras que machos aunque nosotros tenemos en la cuadra una treintena de caballos domados”. Una gran cantidad de caballos que requieren de un trabajo continuo, no obstante eso no resulta un problema cuando es toda una familia la que profesa amor y vocación hacia este mundo. De este modo, entre las disciplinas más practicadas se encuentra el acoso y derribo, la doma vaquera, la doma clásica, el salto y el raid. Las tareas diarias más destacadas y que se realizan cada día según ha expresado Julio de la Puerta se encuentran “un repaso constante de las yeguas, de los potros, además de la doma de estos o la monta de los caballos que utilizamos para el campo”.


El fin principal de la ganadería es pura afición y vocación, ya que se doman todos los potros que nacen en la propia finca, utilizándose luego en las distintas modalidades hípicas. Por otro lado, no existe un cliente potencial en si, no obstante el ganadero ha declarado “vendemos algunos caballos y algún potro para campo, para acoso y derribo, para rejoneo, para raid, es decir para las distintas modalidades hípicas, ya que se dan las circunstancias que el caballo que criamos como lo hemos hecho tan funcional pues sirven para todo tipo de actividades deportivas, y además son de mucha nobleza”. Asimismo, realizan campeonatos de España de acoso y derribo, tentaderos de machos, y concursos de doma vaquera.


Así se trabaja cada día en esta yeguada que requiere una entrega total, además de una gran dosis de amor hacia estos animales, viviendo por y para ellos y su placentera vida en el campo. Sacrificio, lucha, amor y constancia, cuatro palabras base para mantener algo tan arraigado a una familia.