Tomada del Twitter oficial del equipo @utahjazz.
Veinte victorias y cinco derrotas. El Utah Jazz lidera la potente Conferencia Oeste de la NBA por delante de auténticos trasatlánticos como Lakers y Clippers. Las temporadas históricas con Karl Malone y John Stockton como estrellas y Jerry Sloan al timón, donde el equipo fue detenido por Michael Jordan y los míticos Chicago Bulls, están en el recuerdo de Salt Lake.
Si este grupo de jugadores podrá igualar la hazaña o incluso ganar el esquivo campeonato son palabras mayores, sobre todo cuando tendrán que cruzarse con potencias desde temprano, sin importar que logren mantener el primer sembrado en la Conferencia. Y aunque falta mucha temporada regular todavía, NO considero ni mucho menos una sopresa con mayúsculas, la actuación de una de las franquicias con un trabajo más que interesante en el mejor básquetbol del mundo.
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Inteligencia y perseverancia han sido las claves, elecciones acertadas en el draft, contrataciones precisas en la agencia libre y una sucursal de las Naciones Unidas en la plantilla. Se suman un entrenador sui géneris y una forma de jugar nada común; todas ellas hacen del Jazz un equipo tan peculiar como el género musical del que orgullosamente llevan su nombre.
El entrenador marca los tiempos en un equipo de NBA.
Quinn Snider es un auténtico trotamundos en el mundillo del baloncesto. Supo picar piedras literalmente en Europa de la mano del inefable Ettore Messina, regresó a Estados Unidos donde fue coach asistente a distintos niveles, hasta que recibió su primera oportunidad como entrenador en jefe de un equipo de NBA. Los Utah Jazz quienes le dieron la oportunidad.
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Un equipo paciente con sus entrenadores donde Jerry Sloan estuvo dos décadas en la buenas y en las malas. Snyder sabía que tendría tiempo para instaurar su filosofía, pero el problema es que dicha filosofía está -por decirlo de alguna manera- bastante fuera de moda en estos tiempos.
Los equipos dominates marcan lógicamente tendencia y los Warriors de Steve Kerr le han dado a estos años de NBA la denominación de la era del triple. Los equipos están en su gran mayoría empeñados en anotar un punto más que el equipo contrario en lugar de permitir un punto menos. La defensa ha quedado relegada a un segundo plano, aunque parádojicamente el Golden State de los tres campeonatos fue siempre un gran equipo marcando al contrario.
Quinn Snider es la antítesis de ese concepto, sus equipos defienden primero y atacan después. Rudy Gobert, el enorme pívot francés un par de veces ganador del premio al defensivo del año es el candado de esta llave defensiva que es el Jazz. Desde la pintura Gobert gobierna la defensa de su equipo, pero para su suerte tiene un par de escuderos más que eficaces.
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Mike Conley es quizás junto a Jrue Holiday y Patrick Beverley, uno de los grandes bases defensivos de toda la NBA, la auténtica pesadilla de los perimetrales tripleros, un jugador pequeño que marca el pick and roll como nadie y que es capaz de soportar las cortinas de pivots rivales sin pasar por detrás la pantalla.
Joe Ingless es otro que baila bastante bien las rancheras y se encarga del mejor anotador y alero del equipo contrario, mientras que Donovan Mitchell y Bojan Bogdanovic complementan un quinteto defensivo de lujo.
En la ofensiva Snyder también emplea una forma de juego bastante peculiar, el movimiento de balón dicta las reglas. Este equipo tiene uno de los ritmos más lentos de toda la NBA y casi siempre hace fluir la ofensiva a través de la asistencia.
Donovan Mitchel, la gran estrella ofensiva, es alguien que puede liquidar en el uno contra uno o a través del “aislamiento”, pero Snyder acude a esta variante solo en circunstancias especiales, él puede penetrar tanto para anotar como para alimentar a sus compañeros. El Jazz NO renuncia al triple, la contratación esta temporada de un francotirador como Bojan Bogdanovic es la prueba fehaciente, simplemente NO depende exclusivamente de él como otros equipos.
Fichajes Inteligentes y buenas selecciones del draft.
Los mercados pequeños tienen una peculiaridad en el Universo NBA. Las ciudades donde se encuentran NO son para nada atractivas para las grandes estrellas de la Liga quienes van a preferir siempre New York, Los Ángeles, Boston, Philadelphia o San Francisco antes que New Orleans, Utah, Sacramento o Milwaukee.
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Además el Estado de Salt Lake tiene otra peculiaridad negativa, al ser la capital de la religión mormona es una ciudad con muy poca vida nocturna, casi ninguna. No en balde Andre Iguodala calificó a la ciudad de aburrida, lo que hace que el equipo históricamente necesite nutrirse de buenas selecciones en el draft, renovar a estos jugadores que selecciona muchas veces pagando de más, para que no se vallan y con el resto del dinero en el tope salarial, fichar inteligentemente en el mercado de agentes libres.
La actual plantilla del Utah es la confirmación de esta regla. Donovan Mitchel, Rudy Gobert y Joe Ingless, son selecciones del draft de este equipo, los dos primeros firmados con contratos máximos y el último con una excepción media.
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Mike Conley fue un cambio con un equipo de Memphis en plena reconstrucción deseperado por quitarse su alto salario de encima. Bojan Bogdanovic firmó como agente libre por 4 años y 72 millones en un acuerdo que viendo el nivel actual del bosnio es una ganga. Jordan Clarkson llegó firmado como agente libre y está jugando a un gran nivel desde la banca, mientras que Derrick Favors regresó a Salt Lake, con un contrato de veteranos y aporta de la banca. Royce O Neal, Udoka Azubike, Shaquille Harrison son selecciones del draft que también contribuyen.
¿A qué pueden aspirar estos Utah Jazz?
El inicio 20 y 5 es ciertamente esperanzador. Ahora ¿podrán mantener el paso en temporada regular? O lo que es más difícil, superar una postemporada complicadísima en el “Wild West”. La respuesta obviamente NO la tenemos, pero este equipo tiene atadas a sus grandes figuras a largo plazo, a la vez ha demostrado capacidad para hacer buenos fichajes a precios módicos por lo que a largo plazo debería ser capaz de competir en el Oeste. Pelear por un título de la NBA es harina de otro costal pero sin duda alguna los Utah Jazz son la sorpresa y también la confirmación de la aun joven temporada del mejor baloncesto del mundo.