En reconocimiento a los pioneros que marcaron el inicio del hockey subacuático en Mendoza, se recuerda una visita importante allá por setiembre de 2001, cuando Fernando Arbizu (capitán del seleccionado argentino) y Alberto González (jugador de la selección y jefe de árbitros), llegaron con la intención de difundir un deporte que era desconocido por estas latitudes, pero que después de ello, marcaría un antes y un después en una disciplina que gana adeptos y que se ha convertido, con el paso del tiempo, en el deporte más completo que se disputa bajo del agua.
Aquel encuentro, relata la historia, tuvo lugar en el departamento de Godoy Cruz, y asistieron un par de miembros de la comisión directiva del Club de Buceo Cuyum Mapu (Fernando Giorgio y Raúl Boggio), ambos buzos deportivos. En la reunión se acordó comenzar con la práctica del hockey subacuático en la provincia con personas que realizaban buceo deportivo, pero abierto al público en general. Fue de esa manera que Giorgio y Boggio fueron capacitados sobre el reglamento, forma de juego y alcances del innovador deporte, recibiendo material bibliográfico-técnico, stick donados (los cuales servirían después para la confección de futuros palos) y en cuanto a los tejos, se recomendó utilizar latas de picadillo o de atún para entrenar momentáneamente, ya que no se contaba con los tejos reglamentarios porque no se fabricaban en Argentina.
Giorgio, profesor de educación física, gestionó y consiguió la autorización para el uso de la pileta en el Gimnasio Municipal Nº1 de Capital, y así se dio inicio a una actividad que luego se convertiría en una pasión, con prácticas abiertas y mucha “curiosidad” por lo que estaba surgiendo. También se contactó con Enio Navarta y otros jugadores de San Juan, donde ya se venía desarrollando la actividad, con la idea de realizar un encuentro para aprender y mejorar, y cuyo encuentro se concretó en diciembre del mismo año en el Estadio Sarmiento de San Juan. Un viaje memorable y por muchas razones. Se recuerda más de una anécdota, como por ejemplo, que durante el traslado los jugadores mendocinos se pasaban el reglamento de auto en auto para su lectura, ya que se tenía poco conocimiento o casi nada del mismo, y menos aún aplicado al juego. El partido, claro está, resultó positivo y donde hubo un alto espíritu deportivo, dejando de lado la competencia interprovincial ya que los equipos jugaron mezclados (5 locales y 5 visitantes).
Un antes y un después. Ese encuentro sirvió para entusiasmar a los primeros jugadores mendocinos: Ricardo Bertoldo, Raúl Boggio, Fernando Giorgio, Débora Canale, Constanza Gunsche, Alejandra Cabrerizo, Emilse Galdeano, Exequiel Patiño, Eduardo Saracco, Gustavo Poquet, José Salas, David Sánchez y Héctor García. Tiempo después, los mismos fueron anfitriones de la Selección Argentina, que nos visitó con el propósito de seguir enseñando mediante la disputa de lo que sería el primer partido de este deporte en Mendoza.
Las actividades se realizaron en el Gimnasio Nº1, donde además de la camaradería, se notó el entusiasmo de los locales por no bajar los brazos. Así, pasaron los meses y se tenía por delante un gran desafío: El Torneo Argentino que debía disputarse en el Cenard de Buenos Aires, los días 16 y 17 de noviembre del 2002. Para Mendoza fue su bautismo deportivo oficial. El Equipo por ese entonces contaba con un nombre: Los Anfibios, siendo parte del primer seleccionado provincial: Giorgio, Poquet, Patiño, Canale, Gunsche, Carrizo, García, Salas y nuevos integrantes: Facundo Suzzara, Carla Brebbia, Francisco Brebbia, Alfredo Domínguez, Fernando Tejón, Antonio Bertarini y Ramiro Martinelli.
Los diarios de la época destacaban la participación de Mendoza en el torneo. Las provincias intervinientes fueron: San Juan, Córdoba, Neuquén, Capital Federal, Gran Buenos Aires y Mendoza. Cabe mencionar que Constanza Gunsche, Fernando Giorgio y David Sánchez concurrían como árbitros siendo los primeros mendocinos en dirigir en la especialidad.